Desde el 30 de marzo del 2022, las personas que hacíamos parte del colectivo que impulsa la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel en Colombia cambiamos nuestro nombre y con ello nuestras apuestas de trabajo colectivo. Aunque no lo habíamos hecho público, veníamos discutido este cambio tanto para el beneficio de la campaña BDS como para ampliar nuestro activismo a otras luchas antimilitaristas. Como describiremos a continuación, esto no significa nuestra renuncia a la solidaridad con Palestina sino, como nos lo han enseñado ellas y ellos, a unir la solidaridad desde las luchas de nuestro territorio.

Ya hace algunos años la coordinación de nuestro movimiento, el Comité Nacional del BDS en Palestina, hizo hincapié en profundizar la construcción del movimiento más allá de la constitución de organizaciones específicas llamadas BDS; esto, con el claro objetivo de tejer una red de organizaciones de la sociedad civil que promuevan campañas que presionen a sus gobiernos, a las empresas implicadas y al mismo Estado de Israel para que se garanticen los derechos del pueblo palestino. Esta orientación no solo la asumimos sino la consideramos acertada para el crecimiento de esta campaña cuyo fin es el desmantelamiento del apartheid en el territorio palestino.

Así mismo, durante los diez años que cumplimos el día que decidimos realizar el cambio, hemos estado acompañando indirecta y directamente las luchas de distintas organizaciones sociales en Colombia, y en ese camino nos hemos dado cuenta de nuestra afinidad para enfrentar la represión y el militarismo estatal que nos afecta tan dramáticamente en el país. Tímidamente los últimos dos años nos vimos especialmente involucradas en una articulación con otras organizaciones antimilitaristas, lo cual profundizó el acercarnos a la realidad desde otro activismo complementario a la solidaridad con Palestina. En muchos de esos escenarios nos vimos limitados a utilizar el nombre de nuestro colectivo para no comprometer al movimiento en acciones o luchas que, aunque hermanadas, no podían asumirse como parte del mismo.

Eso aceleró las reflexiones previas y abrió nuestra creatividad y pasión para aceptar dar un paso al costado a un nombre que usamos durante una década, sin que eso signifique claudicar a la solidaridad con Palestina. De allí nace Tadamún Antimili, siendo la primera palabra la forma como se pronuncia solidaridad en Palestina y la segunda nuestra apuesta frente a cualquier estrategia militarista. Una vez cumplido el cambio de nombre solo queda ratificar nuestros compromisos con la lucha social:

Declaramos nuestra total adhesión al movimiento BDS y el deseo de seguir impulsando campañas que lo materialicen tanto en nuestro país como en el continente americano, en coordinación con diversos movimientos y organizaciones sociales; así mismo, manifestamos nuestro deseo de promover reflexiones y acciones que logren enfrentar el militarismo estatal y la industria de guerra en Colombia, de tal forma que logremos acabar con todas las opresiones que impiden una vida tranquila en nuestro territorio.

Agradecemos a todas las organizaciones y personas que nos han acompañado estos dos lustros de vida, les invitamos a seguir luchando por transformar el país desigual en que vivimos. Así mismo, saludamos a todas las organizaciones latinoamericanas e internacionales con las que hemos trabajado estos años dentro del movimiento de solidaridad con Palestina, sabemos que fortaleciendo el movimiento BDS realizamos acciones efectivas para acabar con la opresión que el Estado de Israel mantiene. Finalmente, invitamos a las distintas personas que en nuestro territorio se sienten recogidas con nuestras luchas a integrarse al colectivo y fortalecer este proceso al que le espera al menos diez años más.

Nuestra lucha solo acabará cuando todos los pueblos del mundo puedan vivir sin opresión.