El colectivo Tadamun Antimili no acepta violencia patriarcal dentro ni fuera del mismo, por eso nos declaramos la apuesta por la lucha un colectivo anti patriarcal. Esto responde, por un lado, al que nos reconocemos como víctimas y victimarios del patriarcado, y por otro, el que reconocemos que estas opresiones no son ajenas al pueblo palestino ni al colombiano. Por estas razones, además de reflexionar sobre nuestro lugar dentro de este sistema de opresión, nos solidarizamos con las mujeres y las disidencias sexuales y de género que habitan en los territorios ocupados palestinos y en Colombia.
Consideramos importante poner en evidencia nuestro rechazo frente a las siguientes formas de violencia:
- La violencia física y psicológica dentro de las relaciones de pareja.
- Las relaciones y los actos sexuales no consentidos
- El acoso sexual dentro de ámbitos políticos
- Entender a las mujeres antes que cualquier cosa como objetos sexuales de conquista
- Subestimar los saberes y capacidades de las mujeres
- Ignorar los aportes de las mujeres en las discusiones de procesos políticos
- Interrumpir la palabra de las mujeres en las discusiones de procesos políticos
- Infantilizar a las mujeres
- Desvalorizar y concentrar las tareas de cuidado, domésticas y operativas en las mujeres y en cuerpos feminizados
- Valorizar más las tareas masculinizadas (convencionalmente asignadas a los hombres) que las feminizadas (convencionalmente asignadas a las mujeres)
- Darle poco valor a las discusiones que tienen que ver con los efectos del patriarcado
- Dentro de las relaciones de pareja, cuando se comparten activismos militancias , exigir más a la pareja que a las otras personas.
- Entre otras formas de violencia, sobre las que aún estamos aprendiendo.
Es importante hacer una autocrítica constante sobre las prácticas individuales y colectivas machistas y patriarcales. No es una tarea que en nuestro caso esté acabada, y nos comprometemos a seguir trabajando constantemente sobre este tema. La lucha anti patriarcal no es algo alejado sino está directamente atado al antirracismo, el anticolonialismo y el análisis de las contradicciones de clase como ejes centrales, principios que guían también el trabajo de nuestro colectivo. El trabajo que gira en torno a la presente declaración no es poco, y lo asumiremos de forma seria.
Nos comprometemos a que en las jornadas de evaluación y planeación estas serán reflexiones centrales. Además trabajaremos permanentemente en una reunión bimensual para: manifestar incomodidades, autocríticas, necesidades y deseos de cuidado frente al colectivo. Se hará un esfuerzo por formarnos equitativamente en distintos saberes que tradicionalmente se han construidos como masculinos o femeninos (ej; cuidado=femenino/ retorica=masculino). El cuidado tiene que ser una práctica consciente del colectivo, no puede tenerse como secundaria frente a lo racional.
Con lo anterior en mente, sólo podemos concluir: debemos responder de manera colectiva a las violencias patriarcales que sufrimos y ejercemos como personas dentro de este colectivo. Este es el compromiso que hemos asumido.