En los últimos años, los programas espía—tecnología instalada secretamente en dispositivos digitales que recopila de forma encubierta información confidencial sobre un objetivo—han quedado al descubierto como un arma utilizada por Estados y empresas para vigilar, controlar, manipular y reprimir a las personas defensoras de los derechos humanos, incluyendo activistas, periodistas y abogados.
El apartheid israelí ocupa un lugar central en el desarrollo de esta amenaza global. Las empresas israelíes, las cuales tienen relaciones cercanas con el ejército y con las universidades israelíes, desarrollan y comercializan software para el espionaje después de probarlo sobre el terreno contra personas palestinas como parte del régimen de ocupación y apartheid de Israel. Al exportar armas y programas espía, predominantemente a dictaduras y regímenes autoritarios, Israel permite la coerción, la represión y graves violaciones de los derechos humanos en todo el mundo.
Por lo tanto, el régimen de opresión de Israel no es sólo un peligro para el pueblo palestino indígena. Es una amenaza para el mundo, en particular para los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil. Debemos organizarnos para proteger del espionaje a quienes luchan por la justicia climática, racial, de género y social.
Publique en las redes sociales, organice una mesa redonda, proyecte una película u organice una protesta el 19 de abril con organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo para generar conciencia sobre la amenaza que suponen las tecnologías de software espía y
¡exijamos la prohibición de su venta y uso!