Testimonio de una niña palestina sobre la destrucción de su casa familiar


Malak Hanatsheh, 12 años (hija de Walid Hanatsheh):

Es normal perder cosas en la vida, pero perder algo como tu hogar, la casa en el que has vivido toda tu vida, es perder todos los recuerdos, todas las risas, todas las lágrimas, los altibajos.

[Mi Casa] no será más que polvo en menos de 10 días. Va a ser destruida por la Ocupación; por gente que no tiene el sentido de la justicia, sin sentimientos, gente que sólo destruye familias, que matan, que te arresta sólo por defender tu tierra, o su casa.

Es tan injusto que puedan irrumpir en tu casa a la 1:30 am y arresten a tu padre, te gritan y abusan de ti, y no hay nada que puedas hacer al respecto.

Es tan injusto que puedan agredir a tu padre hasta que se desmaye y luego tirarle un cubo de agua fría para pegarle de nuevo hasta que se desmaye otra vez. Y tienes que ser testigo de esto, sin nada que puedas hacer al respecto.

Es tan injusto que arresten a tu hermana y la pongan en una cámara frigorífica, para interrogarla durante 3 días.

Es tan injusto que puedan despertarte a las 4 de la mañana, con 30 soldados completamente armados, filmándote a ti y a tu familia, que se puedan mover por tu casa para tomar medidas, y no hay absolutamente nada que puedas hacer al respecto.

Estamos viviendo en medio de una injusticia abrumadora e impotente, y nadie, en ningún lugar del mundo, habla de ello, reconociendo esto: la tortura por la que estamos pasando. Estamos silenciados. Esto tiene que parar. Esta tortura tiene que parar. Estamos sufriendo y esto tiene que parar. Pero si de alguna manera destruir nuestro hogar les hace sentir orgullosos y felices, entonces háganlo y déjennos en paz.

Es difícil. Fue difícil mudarse y encontrar una casa en sólo 3 días. Es difícil ser trasladado a la fuerza y saber que nunca podrás visitar o ver de nuevo tu hogar.

Por lo general, la gente comparte los recuerdos de su hogar de infancia cuando tienen hijos, y habla con ellos los recuerdos de cada habitación. Pero cuando la casa de tu infancia es destruida, tus recuerdos permanecen sólo en tu corazón. Siempre estarán ahí, y siempre los recordaré con una sonrisa cuando nos sentemos juntos y recordemos, pero los recuerdos físicos se van para siempre.

El apartamento de la familia de Malak Hanatsheh, después de su destrucción

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