A medida que la crisis de Gaza se profundiza, los boicots incrementan la evidencia de la impunidad de Israel.


La poeta palestina Rafeef Ziadah* describe para el periódico The Guardian como el Boicot es la vía para que la sociedad civil a nivel internacional ponga en evidencia la impunidad de Israel: “Si los gobiernos del mundo se rehúsan a actuar a favor de Gaza, debemos repetir los métodos que aislaron a Sudáfrica durante el apartheid”. A continuación el artículo completo.


Yo comencé mi vida bajo el asedio y el bombardeo Israeli. Incluso cuando era niña recuerdo preguntarme, mientras el olor de los proyectiles de artillería llenaba el aire de Beirut en 1982 y corríamos por nuestras vidas: “¿por qué el mundo permite que esto pase?” En el rostro de los niños de gaza de hoy veo otra generación que nació con el mismo trauma y para la misma pregunta. ¿Cómo se puede permitir que esto ocurra?

Gaza ha estado bajo asedio Israelí durante siete años. Los pescadores son asesinados cuando van hacia el mar. El comercio está bloqueado. Viajar es casi que imposible. El agua está contaminada. Los suministros para los hospitales se están agotando. La economía se mantiene en un colapso controlado, a punto de la catástrofe. Israel raciona todo lo que llega a Gaza, desde calorías hasta literatura del mundo.

Después de 21 días de bombardeo, Israel sigue negando un cese al fuego que cumpla los requisitos mínimos de los palestinos – dejar que la gente lleve vidas normales.

Esto no es una guerra y mucho menos una guerra de defensa propia, esto es un expedición punitiva dirigida a mantener el asedio y la ocupación militar ilegal. Civiles, hospitales y bloques de viviendas llevan la peor parte del ataque porque el único objetivo “militar” es acobardar a los palestinos hacia la sumisión completa.

En julio del 2004, la corte internacional de justicia determinó que el muro Israelí, el régimen de asentamientos en la Cisjordania ocupada, la confiscación de tierras, vías segregadas y las restricciones al movimiento son ilegales según la ley internacional y que los gobiernos tienen el deber legal de actuar. Sin embargo, en 10 años, la comunidad internacional sigue apartando su mirada, fallando al no hacer nada para que Israel rinda cuentas. Los ministros de relaciones exteriores de la Unión Europea, incluso después de que escucharon la noticia de la masacre de Shuja’iya, exigieron el desarme sólo de Gaza. Sin embargo, es el arsenal de alta tecnología de Israel financiado por la ayuda de EE.UU., sumado a las generosas becas de investigación de la Unión Europea y el comercio de armas multimillonario lo que realmente aterroriza a la población civil palestina.

Dejando tanta palabrería a un lado, la verdad es que los gobiernos occidentales apoyan el asedio en Gaza, la construcción de asentamientos ilegales y por lo tanto las masacres cometidas por Israel. La impunidad otorgada a Israel es totalmente contraria a la voluntad democrática de los pueblos, tal y como se comprueba con las extensas demostraciones internacionales en solidaridad con Gaza.

Si los gobiernos se rehúsan a actuar, ese gran apoyo internacional de los gobiernos con el que Israel cuenta debe ser contrarrestado por la sociedad civil internacional desde sus bases, usando los métodos que aislaron Sudáfrica durante el apartheid.

Desde su lanzamiento por la sociedad civil palestina en 2005, el movimiento de boicot, desinversión y sanciones (BDS) ha ganado el apoyo de los sindicatos, partidos políticos, movimientos de base y de un enorme número de gente alrededor del mundo que expresa su compromiso ético boicoteando todos los productos israelíes, no solo los de los territorios ocupados. Como resultado, la presión (BDS) está comenzado a tener un impacto significativo.

Artistas como Pink Floyd´s Roger Waters, Massive Attack y Faithless se han negado a cantar en Israel como respuesta a los llamados al boicot cultural. Intelectuales públicos como Stephen Hawking, Alice Walker y Judith Butler han tomado una postura similar. Un paso importante fue tomado recientemente por un grupo de premios Nobel y otras figuras públicas que han publicado una carta en el periódico The Guardián pidiendo a los gobiernos “poner en práctica un embargo militar integral que implique consecuencias jurídicas a quien negocie con Israel.”

Así mismo, la empresa de seguridad G4S del Reino Unido en estos momentos está buscando reducir su participación en el sistema penitenciario israelí que ha mantenido a niños palestinos privados de la libertad sin juicio, gracias una campaña internacional que llevó a iglesias de Estados Unidos y la Fundación Bill Gates a desinvertir su dinero de la compañía. John Lewis, supermercado del Reino Unido, se convirtió en el último vendedor Europeo en dejar de comerciar con la compañía Israelí SodaStream, cuyo precio de las acciones se han reducido a la mitad en el último año. Los líderes del movimiento de colonos ilegales de Israel han lamentado el hecho que los boicots de consumidores signifiquen que ya no pueden exportar a Europa. Ministros israelíes describen BDS como una “amenaza estratégica” para el status quo, e incluso los EE.UU. ahora advierte que Israel se enfrenta al aislamiento internacional.

El ataque a Gaza no es una guerra entre dos partes iguales. Es un ataque violento por un poderoso Estado militar, armado y apoyado por el Occidente en contra de personas empobrecidas, acosadas y desplazadas. Las palabras de los gobiernos no son importantes. Mientras charla sea todo lo que hay, la vida de nuestros niños sigue siendo más barata. Debemos intensificar nuestro boicot, desinversión y sanciones, haciendo una campaña internacional para poner fin a la impunidad de Israel.

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*Rafeef Ziadah es una palestina nacida en el éxilio, y es una de las principales voces que promueven el movimiento Boicot Desinversiones y Sanciones a Israel (BDS).  Reconocida por su hermoso poema “Nosotros enseñamos vida, señor” https://www.youtube.com/watch?v=neYO0kJ-6XQ

El artículo original se puede encontrar en http://www.theguardian.com/commentisfree/2014/jul/28/gaza-crisis-boycotts-israel-impunity-apartheid

 


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