Del 21 de octubre al 1 de noviembre se realizará en la ciudad de Cali la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16). Esta es una actividad en la cual se reúnen los Estados firmantes del Convenio de las Naciones Unidas para la Diversidad Biológica y paralelamente harán actividades organizaciones no gubernamentales desde diferentes lugares el mundo. Estas conferencias son muy cuestionadas fuera de los espacios institucionales, un ejemplo de ello es que la COP 29 sobre cambio climático se realizará en noviembre en Azerbaiyán (importante aliado del genocida Israel), país que su economía depende del extractvismo de combustibles fósiles, la quema de ellos es en gran parte generadora del cambio climático.
Denunciamos que este es un espacio en que el gobierno mantiene un lavado verde del militarismo y legitima espacios que no proporcionan soluciones reales para la protección de la biodiversidad.
Justo un día antes que inicie oficialmente la Conferencia el gobierno nacional plantea lanzar una Policía del Agua, un paso adicional dentro de la militarización del cuidado de los ecosistemas. Su principal objetivo será criminalizar a quienes “afectan los recursos hídricos”, para lo cual destacaran a 8.000 personas armadas. Una vez más se prioriza las armas y no las comunidades en el cuidado del planeta. La COP 16 es también una excusa para profundizar la militarización de los territorios. Recientemente el alcalde de Cali, Alejandro Eder, expresó en una entrevista sobre la intencionalidad del incremento del militarismo en la región “Hemos logrado mantener la paz durante la protesta. Hemos recibido dos marchas indígenas multitudinarias y una marchas de oposición, no hubo ningún problema. Logramos hablar con los organizadores y participantes, transcurrieron en paz (…) No permitiremos actos de violencia”.
Asimismo, el 12 de octubre Alejandro Eder expresó en redes sociales sin eufemismo sobre la militarización del territorio: “10.000 policías, 2.500 soldados, protección aérea y antidron con tecnología de punta”. No solo han llegado fuerzas represivas, también el Ejército Nacional envió vehículos blindados tipo LAV-III y lanchas. Dentro de los anuncios está la conformación de un equipo tipo S.W.A.T. También se confirmó la llegada de agentes policiales para asesoramiento en seguridad desde Nueva York, EE.UU.
Esta policía estadounidense, que brindará formación y asesoramiento en Cali, recientemente disparó en la cabeza a un trabajador hospitalario por no abonar un pasaje de metro. Esto generó diversas manifestaciones a pesar de la celebración del accionar policial por parte del alcalde de Nueva York. La fuerza represiva que dictará instrucciones durante la COP 16 es la misma que hace 10 años asesinó a Eric Gardner a pesar que dijo 11 veces “No puedo respirar” mientras estaba siendo inmovilizado. No es el único asesinato racista de la policía de Nueva York en los últimos años. Fueron varios, entre ellos en el año 2020 nuevamente un policía blanco asesinó una persona negra. George Floyd fue asesinado con la rodilla de un policía en su cuello a pesar de su gritó contenido por la asfixia; “No puedo respirar”.
Por estas razones creemos que la protección de los ecosistemas no debe estar a cargo de personas armadas sino de las comunidades que históricamente han convivido con la fauna y flora que les rodea. Así mismo, creemos que son centrales los conocimientos ancestrales de comunidades indígenas, afro y campesinas que se reconocen como parte de y no como especie invasora de los territorios. No necesitamos Conferencias de Estados, necesitamos redes comunitarias de cuidado y protección. Frente a esto, los próximos 26 y 27 de octubre en Cali se realizará: “La COP Divergente, Cumbre Ambientalista, Ciudadana y Autónoma”.
Una respuesta a “Ninguna “paz” con la naturaleza nace del militarismo.”
El ser humano esta en evolución, lo que conlleva responsabilidad, madurez y sabiduría. Una sociedad libre , autónoma y pacífica crece en los valores de la igualdad, la solidaridad, la compasión, el respeto, la justicia entre unos y otros. El tiempo de los supremasismos está llegando a su fín aunque hoy no lo parezca. Los pueblos quieren vivir libres en paz y armonía, es la educación, la consciencia y el respeto lo que nos llevará a un mundo diferente. Respeto por todas las formas de vida y lo que existe. El camino de las armas ya ha mostrado que sólo lleva al abismo y la desolación. Es el tiempo de las semillas y el fin de los intereses mezquinos de los poderosos. La revolución de hoy es asumir que se puede cambiar la realidad desde cada uno y en unión con otros sin desmedro de nadie. Pondremos fín al control social imperante cuando creamos que es posible.